Add parallel Print Page Options

Ellos quedaron aterrorizados y dijeron:

— Si dos reyes no han podido resistírsele, ¿cómo podremos nosotros?

Así que el mayordomo del palacio, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los preceptores mandaron a decir a Jehú:

— Somos tus servidores y haremos todo lo que nos digas, pero no proclamaremos a nadie rey. Haz lo que te parezca mejor.

Entonces Jehú les escribió otra carta que decía: “Si están conmigo y quieren obedecerme, vengan a verme mañana a estas horas a Jezrael, trayendo las cabezas de los descendientes de su señor”.

Los setenta hijos del rey vivían con los nobles de la ciudad, que se encargaban de criarlos.

Read full chapter